3 - Y ME QUEDE SOLA (corazones en conflicto)

Llegue a su departamento de madrugada después de un largo viaje, aun indecisa por la decisión, pero apresurada por retenerlo a mi lado, no me hacia a la idea de no contar con el en mis pensamientos, el siempre estaba ahí, ¿que haría yo sin el?, mi amigo, mi compañero, amante y amor de mi vida, me fui directo, no avise, siempre programábamos las visitas pero esta vez era diferente, el conserje me dejo subir sin avisar por la hora y mis bolsos, toque la puerta y cuando se abrió desquiciada me abalance a sus brazos a decirle que si y besarle, prometiéndole el

cielo y la tierra, que quería todo con el, hasta el fin, que yo solo había pensado en mi, postergando lo nuestro y entre a su casa hablando a mil palabras por minuto y riendo, riendo mucho porque jamás había actuado así y me sentía tan aliviada tan

Feliz de darme cuenta que le quería tanto ¿que importaba lo que pensaran los demás?, yo le amaba y el a mi……………………………

El problema es que no estaba solo, si alguna vez pensó

en decírmelo, ahora no encontró las palabras, me quede viendo

como me quedaba sola para siempre, porque mi amigo y gran

amor había tomado sus propias decisiones y yo no estaba incluida

al parecer.

Mi hermana semi vestida no dijo nada, el sostenía al mundo

en su expresión, si, ya era muy tarde para nosotros, tome a mi

triste persona y me devolví por donde vine, no hice ninguna

escala, fui directo a casa de mi abuela.

Siempre e creído desde esa noche que el viaje de ida y vuelta

fue tan largo que jamás me recupere del cansancio de ese tiempo,

aun que ya hayan transcurrido ocho meses, aun lo siento.

Jamás hable de ello, lo enterré en lo profundo de mi ser y me desentendí de la familia materna, lo justo y necesario por email, aunque mi padre me visite jamás hemos mencionado el tema.

Pero ahora sentía las llamas abrasadoras en mi garganta, quería gritar, no, vomitar, llorar a gritos, el vino a avisarme que se comprometía con mi hermana, pero que también no había pasado un día que yo no le doliera lo suficiente como para sacarme de su cabeza y si yo trataba de perdonarle y volver a casa, el se alejaría de ella y yo debía acceder a volver con el, estaba claro cual había sido mi respuesta, en ese momento las lagrimas afloraban, pero en paz, me quede un rato contemplando la pileta y dejando que el sol me acariciase, aunque hace meses que no lograba sentir tibieza en mi cuerpo.