Trate de forzar las palabras, de forzar el momento, pero este jamás llego, dio la vuelta y se alejo, quedándome con mi cabeza confusa, nada encajaba, la ilusión se hacia presente en mi alma………….pero mi orgullo y la rabia acumulada no dejaron que esa luz de alegría se asomase por mis poros
Así que hice un esfuerzo mayor y deje que me diese la espalda y se alejara, solo voltio cuando subía al auto, así su altiva y atractiva persona que guardaba mis sentimientos mas profundos y el amor de toda mi corta vida se marcho.
Dejándome por mi propia decisión, preferí no analizar los motivos reales que lo llevaron a ese fin de mundo a buscarme.
La vida debía seguir su rumbo, aceptaría mi soledad, como un voto de amor eterno, no volvería a estar con nadie más.
El llenaba mi pensar y mi sufrir, me sentía incapaz de volver a querer o tan solo creer, quedaba todo el verano por delante, no sabría del nunca más, si así me lo proponía.
Entre a la sala de clases pensativa y ausente, llevaba una hora dando vueltas, mis pies y la inconciencia me llevaron hasta allí, me di cuenta cuando me encontraba sentada lejana a la pequeña audiencia que escuchaba a nuestro maestro muy risueños todos, esto me saco de mi ensoñación y también me hizo darme cuenta que la piel me ardía de una extraña manera, me sentía observada, busque a mi alrededor pero no vi a nadie , de pronto, mi bolso que se encontraba en la silla continua se callo al suelo, no recordaba haberlo dejado ahí, mientras lo cogía alcé la vista y me vi atrapada en la profundidad de unos ojos azules, fue desconcertante, envolvente y avasallador, me gire violenta, su mirar hacia que me sintiera de alguna forma vulnerable y yo no me quería sentir así.
Se sintió el ruido de la silla arrastrándose detrás de mi, yo debía de tener muy poca experiencia en estas cosas, porque al pasar a mi lado su fragancia y su persona completa provocaron en mi cuerpo una reacción física que yo no conocía, mi ser se altero ante su presencia, se agito mi respirar y mi piel me cosquillo, sentí el rubor en mis mejillas, el corazón parecía una maquina de vapor a toda velocidad.
Se paro junto al maestro y comenzó a hablarle a la clase, ya no tenia el mismo interés en mi, ni siquiera me miraba, aprovechando esto me escurrí por la puerta trasera sin mirar atrás.